miércoles, 14 de enero de 2009

IMPORTANCIA DE LA FORMACION TECNICA


IMPORTANCIA DE LA FORMACION TECNICA
La comprensión del papel de la actual revolución científico-tecnológica y la internacionalización de la economía, en la transformación del mundo del trabajo y la estructura ocupacional, en sus
dimensiones negativas (inestabilidad, precariedad, devaluación de niveles educativos y diplomas, desempleo estructural), y las positivas (nuevas oportunidades laborales, nuevos campos ocupacionales, nuevos requisitos de calificación, migraciones, etc.)
El concepto de ‘cultura’ implica un proceso de generación y construcción colectiva de imaginarios, representaciones y disposiciones (un sentido común...), en este caso, respecto al mundo del trabajo y el papel de la educación en el futuro de los egresados.
El término ‘trabajo’ adquiere un significado de acción transformadora, de práctica razonada que trasciende al oficio mecánico y repetitivo y que, al contrario, tiene una base intelectual que orienta un sentido y tiene un poder transformador.
El trabajo se convierte en una posibilidad de ser creativo en tiempo de crisis y contingencia.
El trabajo es considerado por su valor:
• instrumental, en tanto permite el desarrollo material;
• personal, pues hace posible que el individuo se desarrolle y tenga a su ocupación como una parte positiva de su identidad;
• social, pues cada ocupación desempeña un rol importante para la reproducción de la sociedad.
Toda experiencia educativa; tanto la relacionada con el aprendizaje de determinados saberes como la socialización escolar cotidiana en roles, valores, actitudes y pautas de conducta; forma para el trabajo, entendido en sentido amplio como toda actividad, rol, ocupación, oficio, profesión, en un contexto social determinado.
El mundo del trabajo, en sus múltiples y diversas manifestaciones, es la principal actividad —y necesidad— de toda persona, como medio de expresión de su subjetividad (intereses, aptitudes,
formación...), de realización personal y de subsistencia. En efecto,
la mayor parte de las actividades e interacciones sociales de las personas se realizan alrededor de sus roles laborales. Los que asumen una gran diversidad y multiplicidad de expresiones, todas igualmente válidas e importantes:
las de índole artística, cultural, técnica, científica, recreativa...
Todas son socialmente necesarias, corresponden a la creciente división y especialización del trabajo en la sociedad contemporánea y son medio de realización y expresión personal. Es tan importante el trabajo artístico como el científico, el trabajo del teatrero como el del matemático,
el del músico como el del físico, el del maestro como el del juez, el manual como el intelectual... Todos cumplen funciones diferentes y satisfacen diversas necesidades.
En el proceso de socialización en la EPT, los jóvenes aprenden, se apropian de las representaciones del trabajo y su dinámica en la sociedad contemporánea, permitiendo la formulación de un plan, proyecto o estrategia personal frente a las opciones postsecundarias de educación, formación y trabajo.
Las representaciones y expectativas sobre el mundo del trabajo son dinámicas y muy diversas pues varían en función de las experiencias subjetivas de los actores y de los aspectos situacionales por los que atraviesan. Las ideas que tienen los actores institucionales sobre el trabajo intervienen de forma directa en la EPT. Para los adultos de la escuela —docentes, directivos, etc.—, la idea del trabajo puede estar más ligada a la crisis y desaparición de los empleos ‘estables y dignos’ que ofrece un panorama desolador y desesperanzador.

Para los jóvenes —especialmente los de menor capital cultural, social y que cuentan con menos información— el trabajo aparece en una expresión de precariedad, informalidad, exclusión, desempleo, etc., ya sea por su propia experiencia,
la de sus pares, la de sus padres o adultos de referencia.
Un porcentaje significativo de los jóvenes combina las actividades de trabajo y estudio, para procurarse un dinero mientras se dedica primordialmente al estudio. Cabe anotar que las actividades en las que se involucran son en su mayoría de poca calificación, mal remuneradas y/o no son reconocidas socialmente como un campo de oportunidades ocupacionales.
Por otra parte, la oferta de formación postsecundaria, se restringe a la educación universitaria en carreras largas y tradicionales, ofreciendo así un panorama a docentes y estudiantes donde sólo aquellos con los medios económicos o con capacidades ‘extraordinarias’ logran ingresar a la
universidad; mientras no hay opciones para todos los demás que no pueden o no quieren estudiar, recortando sus posibilidades de posicionamiento en la jerarquía ocupacional.
Ante esto, la EPT instala la pregunta sobre ¿Qué puede hacer la escuela para aprovechar las potencialidades de estos jóvenes y relacionarlos con nuevos sentidos del trabajo más positivos, sin desconocer la realidad a la que se enfrentan? Esto significa preguntarse ¿Cómo orientar a los jóvenes para elaborar una estrategia que les permita hacerle frente a la precariedad
laboral e ir avanzando en la construcción de una trayectoria ocupacional calificante?
La EPT permite a la escuela socializar a los jóvenes con un nuevo sentido del trabajo para entender que es posible y necesario construir un proyecto ocupacional, que no esté ligado exclusivamente a la formación universitaria y a los empleos tradicionales, sino que abarque también las múltiples oportunidades actuales de formación y capacitación permanente, así
como las nuevas formas de ocupación y realización personal.
La orientación socio-ocupacional como base de la ‘Cultura para el Trabajo’ La orientación socio-ocupacional se entiende como un proceso continuo de información, estudio y análisis sobre:
a) Diversas oportunidades de educación superior, incluyendo las universitarias tradicionales, las ofertas de educación técnica y tecnológica, y de formación por ciclos;
b) Diversidad de ofertas y modalidades de formación laboral no formal; incluyendo las ofertas de formación calificada en el campo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
(TICs);
c) Oportunidades de emprendimiento y organización de actividades productivas; los programas de incubadoras de empresas, de gestión empresarial, de financiación de iniciativas, etc.
d) Cambios en la estructura ocupacional; la aparición de nuevos campos ocupacionales, profesiones, oficios y oportunidades laborales, requisitos de calificación y formas de trabajo, generados por la internacionalización de la economía y la innovación científico-tecnológica en la producción;
e) Nuevas oportunidades de trabajo y realización personal (en las artes, la música, el teatro, el deporte, las artesanías de alta calificación y diseño, los servicios personales y sociales., etc.),
que permitan ampliar y diversificar las opciones postsecundarias de estudio y trabajo.

Este proceso debe conducir a la identificación y concreción de un proyecto, estrategia o plan, de cada estudiante, respecto a sus opciones de vida después del colegio. Este proyecto debe tomar en consideración lo que les gusta hacer, lo que saben hacer, lo que su situación les permite hacer, y lo que pueden esperar de tal o cual carrera (Guichard, J. 1995).
La orientación socio-ocupacional debe dar respuesta a las heterogéneas necesidades y condiciones de los jóvenes que cursan educación media, mejorando su conocimiento y habilidades frente al mundo de trabajo, pero privilegiando las competencias básicas y las
habilidades, antes que las competencias específicas.

Por supuesto que hay actividades educativas —y aprendizajes— directa y funcionalmente relacionados con determinados roles, ocupaciones y profesiones y formación profesional, técnica, tecnológica...), pero también hay muchos aprendizajes, de índole más general; formación de la personalidad, de “disposiciones”, identificación de intereses y aptitudes, formación ética, social y política, formación de competencias comunicativas, analíticas,
de interacción social; las que son de gran importancia en el desempeño del individuo en el mundo del trabajo y de la interacción social. En gran parte de las actividades laborales son tanto o más importantes las competencias generales que las específicas o especializadas, en razón de
la creciente complejidad e interdisciplinariedad de la vida social y del rápido y continuo cambio y renovación del conocimiento en todas las actividades laborales.
Con el fin de facilitar la transición hacia la vida postsecundaria, el proceso de orientación debe desarrollar en los jóvenes la capacidad de planear y tomar decisiones que reflejen, por una parte, sus intereses, necesidades y habilidades, y por otro, su comprensión de la relación entre el mundo del trabajo y el sistema educativo, para la identificación y selección de su identidad profesional, de su futuro educativo y ocupacional, ampliando su panorama de selección.
El logro de este propósito involucra directamente y de forma protagónica a los profesores y directivos, dado que son los que mantienen un contacto permanente con los estudiantes y los acercan al conocimiento. Por ser un eje curricular y no sólo un componente más, es necesario que la institución educativa adopte un enfoque de EPT.

1 comentario:

  1. Holas soy alumno del cole y quisiera saber que es del cole ^^ saludos

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